Huellas en el sendero - con Sun Cok

Escribí este poema casi iniciando el estado de emergencia. Pensaba mucho en lo que no debía, en un ser hermoso con quien compartí algunos meses de mi vida y que salió de ella, pues era lo más sano para él y de algún modo, también para mí. 

Después de escribirlo, comencé a sentir menos la ausencia. 

Me acompaña en esta edición el gran artista Sun Cok (a quien admiro mucho), quien se encargó de darle vida a este poema que comparto con ustedes.



Sun Cok: El poema me llevo de la mano hasta un mundo donde habitaba una bestia sagrada llena de colores vibrantes. Donde lo sensorial es vital para sobrevivir. Donde la bestia habita llena de vibración cromática.


Huellas en el sendero

                                                                            a Zikie


No pude ver la herida al pasar por el sendero,

donde el color de una sonrisa sobre el gris me detuvo y miré.

A través de la niebla me ofreciste una mirada y no pude,

no reparé en los daños donde las dudas persisten.

 

Recorrieron susurros nuestros cuerpos,

en noches donde el tiempo nunca cubrió con su marca letal.

Creímos olvidar la insolencia de nuestro egoísmo,

confundidos por el miedo a perdernos, nos perdimos,

en una noche donde mi luna cayó,

dejando heridas que aún no sanan, junto al silencio,

la soledad.

 

Ya no vivo por las noches como una bestia en su nocturnidad.

Han llegado las mañanas a cubrirnos del exceso,

la mentira de aceptar esta distancia

como el dolor de algún mal crónico del que no escapamos,

que nos consume como un temor, una distancia que perdura,

nos aleja y nos condena.

 

Elegimos sanar solos, volver al refugio del silencio.

Lamiendo mis heridas he continuado a través de las luces

y mientras camino intento olvidar la caricia,

el suave tránsito de tu lengua sobre deseos que me condenan,

me atormentan en madrugadas donde tu olor

me arranca de los sueños y me regresa sobre el sendero

donde tu luna vuelve a caer, sobre las huellas que olvidé

frente a esos ojos que no voltearon,

no observaron las sombras al partir,

ni las palabras perdidas en tu soberbia,

como el error de algún pasado que no pesa en el bolsillo,

que olvidamos sin pena, sin dolor.


                                    Nilton Maa

 



 


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