Huellas en el sendero - con Sun Cok
No pude ver la herida al pasar
por el sendero,
donde el color de una sonrisa
sobre el gris me detuvo y miré.
A través de la niebla me
ofreciste una mirada y no pude,
no reparé en los daños donde
las dudas persisten.
Recorrieron susurros nuestros
cuerpos,
en noches donde el tiempo
nunca cubrió con su marca letal.
Creímos olvidar la insolencia
de nuestro egoísmo,
confundidos por el miedo a
perdernos, nos perdimos,
en una noche donde mi luna
cayó,
dejando heridas que aún no
sanan, junto al silencio,
la soledad.
Ya no vivo por las noches como
una bestia en su nocturnidad.
Han llegado las mañanas a
cubrirnos del exceso,
la mentira de aceptar esta
distancia
como el dolor de algún mal
crónico del que no escapamos,
que nos consume como un temor,
una distancia que perdura,
nos aleja y nos condena.
Elegimos sanar solos, volver
al refugio del silencio.
Lamiendo mis heridas he
continuado a través de las luces
y mientras camino intento
olvidar la caricia,
el suave tránsito de tu lengua
sobre deseos que me condenan,
me atormentan en madrugadas
donde tu olor
me arranca de los sueños y me
regresa sobre el sendero
donde tu luna vuelve a caer,
sobre las huellas que olvidé
frente a esos ojos que no
voltearon,
no observaron las sombras al
partir,
ni las palabras perdidas en tu
soberbia,
como el error de algún pasado
que no pesa en el bolsillo,
que olvidamos sin pena, sin dolor.
Nilton Maa
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